La economista analiza la coyuntura del país, el impacto del año de la cuarentena y los escenarios políticos y sociales. Por qué cree que no habrá acuerdo rápido con el FMI.
conomista egresada de la UNC, Diana Mondino dirige desde hace 15 año las maestrías en Finanzas y en Administración de Negocios en la Universidad del CEMA, donde también es directora. Con estudios en las escuelas de negocios de la Universidad de Columbia, de Navarra y de Yale tiene una activa participación en el sector privado como miembro del directorio en compañías como Loma Negra, Pampa Energía, el Banco Superville, el Banco Roela y Senior Capital Argentina, entre otras. Fue Directora de la región Latinoamérica para Standard & Poor’s.
En esta entrevista con PERFIL CORDOBA brinda su visión sobre las huellas que dejó el año de cuarentena en la economía, a la vez que analiza las fallas estructurales del entramado productivo y político del país.
-El Covid generó un fuerte daño en la economía de todos los países, pero la mayoría de los Estados no tuvieron una retracción tan marcada como la nuestra, ¿a un año del inicio de la cuarentena como está hoy el tejido de la economía argentina?
-El tejido productivo y social de Argentina está muy dañado. Pensemos que, si el PBI de Argentina ha caído el 10%, pero la mitad del PBI aproximadamente es sector público, que se mantuvo como estaba, quiere decir que el resto de la economía, la economía privada, es la que está muy dañada. Dentro de eso hay sectores que han caído en promedio 20% y algunos muchos más. Esto genera un problema enorme de capacidad ociosa que no solo son fábricas que podrían producir más, también son locales vacíos, capital humano desperdiciado. Y la única palanca de crecimiento que hay es el capital, por lo tanto, tener capital ocioso es imposibilitar el crecimiento.
-¿Qué podemos pensar del paquete de medidas empleado?
-El diablo está en los detalles. Las políticas pueden sonar parecidas a las que se tomaron en otros países, pero no lo han sido así. Por ejemplo, otros países trataron de apoyar mitigando el peso de los alquileres, exonerando del pago a los inquilinos, pero el Estado le pagaba al locador. Francia, por ejemplo. Mientras que aquí el Estado decidió cómo se trasladaba el costo entre privados. Decidió que los inquilinos paguen de determinada manera, decidió que los empleadores tengan determinado nivel de gente, decidió cerrar actividades permanentemente. En otros países se actuó diferente y sus economías sufrieron menos. Aquí, al haber dependido de una decisión estatal que es la misma para todos se generaron problemas que a lo mejor no hubieran existido y no soluciona otros. El Estado obligó a actuar entre participantes del sector privados. Ningún país del mundo acertó cómo trabajar esto, excepto los países nórdicos que prácticamente no cerraron su economía. En todas partes ha habido sufrimiento y recesión, pero no tan marcada como la nuestra.
-¿Esto fue porque se desbalancearon las medidas, se cerró aceleradamente?
-Esto fue por los mensajes contradictorios, primero decir que la pandemia no era importante, luego ir renovando cada 15 días la cuarentena, no hubo forma de acomodarse. Es cierto que la situación se iba modificando todo el tiempo, pero la respuesta a por qué impactó la crisis más que en otros países es porque las políticas no han gozado de credibilidad. Si sumamos a esto, que en el medio hicimos la negociación con la deuda y que no ha habido crédito para el sector privado, es muy difícil financiar una transición.
-¿El gobierno es consciente de la necesidad crónica de reducir el déficit fiscal o no tanto?
-Si uno lo escucha al ministro Guzmán o al ministro Kulfas ellos hablan de dos temas, de volver al crecimiento y de tener un presupuesto equilibrado. Eso se logra de dos maneras reduciendo el gasto o cobrando más impuestos. Hasta ahora optaron por cobrar más impuestos. Esa política, que es opinable, en un contexto recesivo difícilmente permita crecer. Mejorar la situación fiscal en base a impuestos no es eficiente. El gasto adicional que está teniendo el gobierno no se dirige para generar crecimiento.
-¿Cómo ve la pulseada entre Guzmán y el bloque que se identifica con el Patria?
-Desconozco quien toma las decisiones, pero sí podemos ver el resultado de las decisiones. Y en todos los casos están dirigidos a mantener un conjunto de beneficios para un pequeño porcentaje de la población. Eso, además de injusto y falto de ética es poco inteligente porque el año que viene habrá cada vez menos recursos, con lo cual será cada vez más difícil satisfacer a ese grupo que tratan de beneficiar. Ese grupo son determinados sectores dentro del sector público, ni siquiera todo, porque el salario del sector público no es alto, policías y docentes ganan miserias.
-Básicamente la corporación política.
-La corporación política en su conjunto. Que se bajen los sueldos sería un gesto, pero no se gasta tanto en sueldos, el problema son el tipo de decisiones que toman.
Al fondo.
-¿Qué imagina de un posible acuerdo con el Fondo, cuando hay un sector del gobierno que parece propiciarlo, pero hay otro que opera para que quede para después de las elecciones?
-La situación política es la que define absolutamente todo. Y hoy no hay apuro de ninguna de las dos partes por lograr un acuerdo. Por la parte del Fondo porque saben que no hay forma de pagarles porque tenemos déficit fiscal y por la parte del Gobierno para tener un cuco como ha sido el Fondo hasta ahora. Lamentablemente la falta de un acuerdo con el Fondo y las medidas del Central de restringir el acceso a divisas impiden que haya crédito para el sector privado. Esa es otra razón por la cual es difícil reactivar. Una medida que se podría hacer es tratar de proveer de capital de trabajo a las empresas. Yo no espero inversión porque hay capacidad ociosa, pero se debería generarse capital de trabajo, modificar las condiciones laborales para incorporar a los desempleados, modificar la forma en que se pagan los impuestos. Algunas son decisiones administrativas que permitirían que las empresas recompongan capital de trabajo.
-Volviendo al Fondo, ¿por qué dice que se va a tener al Fondo como cuco? ¿el gobierno va a jugar con eso?
-Siii, absolutamente. Se critica a Macri por haber ido al Fondo y tomar mucha deuda barata, sustituyendo deuda cara. Si retrocedemos en el tiempo, cuando Néstor Kirchner paga al Fondo la sustituye con deuda más cara como fue la deuda con Venezuela. Enojarse porque alguien tomó deuda barata es un tema exclusivamente político. En todos lados el Fondo asiste con algunos condicionantes, por ejemplo, apuntar a un superávit y mostrar cómo se lo va a lograr. Y el Fondo permite que se le eche la culpa de las modificaciones que hay que hacer.
Demasiada presión.
-El año pasado terminó con un “Aporte Solidario”, este año hubo intento de subir retenciones, ahora se subiría Ganancias a empresas para compensar la suba en el mínimo no imponible para personas…¿por qué siempre la única receta es aumentar la presión fiscal?
-Todo parte de una concepción de que el Estado es un ente superior, las frases son “el Estado te ayuda”, “el Estado presente”, cuando en realidad es un instrumento que tenemos los ciudadanos para, entre todos, lograr objetivos en común. Pero aquí se considera que el Estado tiene primacía sobre los demás. Se dijo que iban a bajar el impuesto a los salarios, pero sin costo fiscal. Si el Estado no asume ese costo quiere decir que va a haber un privado que va a tener más costo fiscal para que otro privado tenga menos costo fiscal. Todas las decisiones que toma el Estado son transfiriendo el costo entre privados. Y volviendo a la pregunta, se considera que esto puede funcionar porque parten de la concepción de que el sector privado está para hacer daño y que gracias a la intervención sabia y prudente del Estado regulador se va a impedir el daño.
-The Economist publicó un ranking de riesgo para los inversores. En la región estamos bastante mal, solo superados por Venezuela, Haití y Cuba.
-Aquí hay un tema muy relevante. No hay lugar para la innovación en Argentina, no hay lugar para la creatividad. Una empresa no puede cambiar o modificar sus procesos porque corre el riesgo de tener problemas sindicales, no puede trasladarse con facilidad, es como que todas las actividades, una vez que comienzan, tienen que mantenerse razonablemente estáticas.
-Mirando la inflación del primer bimestre no parece posible el objetivo del 29% del gobierno, ¿qué escenarios ve ahí?
-Antes de hablar de inflación hay que hablar del salario real y el presupuesto dice que tiene que crecer. Es extremadamente difícil que con el nivel de desocupación tan alto y creciente pueda aumentar el salario real. Y si se lograra ahí tendríamos dos Argentinas, la de aquellos pocos que tienen un trabajo por el cual se les paga más que la inflación y de muchos otros que han quedado desempleados. Si no tenés la manera de solucionar la situación de la gente sin trabajo vamos a tener una situación espantosa. Yendo a la inflación, hay que decir que la inflación ha tenido, tiene y tendrá el mismo origen que en todos lados, una emisión que surge del déficit fiscal y ahí estamos complicados. Es imprescindible solucionar el déficit para no tener que emitir. Nosotros tenemos un problema de déficit y de falta de productividad, porque si mágicamente encontráramos petróleo en la Plaza de Mayo y el déficit desapareciera porque tenés ingresos extraordinarios, lo mismo tenés problemas de productividad.
-Bueno, tenemos la reserva de shale gas de Vaca Muerta…
-Y no se puede producir porque cambias las reglas de juego cada 10 minutos al señor que viene a sacarlo. Argentina es un país que no produce. Tenía una enorme productividad en el sector agropecuario que ya ha sido alcanzada por sus vecinos. Bolivia exporta carne, Paraguay también tiene un satélite en el aire. Hay una falta de productividad muy grande porque la mitad de la economía es privada y el sector público no produce nada. La mitad de la economía no está produciendo.
-La plata sobra en el mundo y hay tasas negativas, ¿estamos en el radar del flujo de los capitales de inversión?
-Yo creo que no estamos en ningún radar ni podemos estarlo en las condiciones actuales. Si alguien quisiera invertir en Argentina por qué va a montar una fábrica de algo con los riesgos que eso conlleva, el trabajo que significa y los tiempos para recuperar la inversión, si al mismo tiempo puede comprar un bono del Estado que le da una tasa del 20% y tiene liquidez. Si alguien quiere invertir en Argentina, a lo sumo, será en deuda, no en activos físicos. Esto excede si hay confianza o no, o si está la grieta entre Alberto y Cristina, etc. Estamos en un punto en que, con capacidad ociosa, con un nivel de desempleo elevado, con tasas de interés estratosférica no hay incentivos para producir.
-En los últimos años creció la pobreza, creció la pobreza infantil, se empobreció la clase media, se incrementó la desigualdad, ¿esa va a ser la tendencia para los próximos años? ¿vamos a un empobrecimiento generalizado? ¿tiene esa sensación?
-Tengo la certeza, no la sensación. A menos que se revierta y tengamos más capacidad de producción. Si cada vez tenés menos producción para repartir entre la misma cantidad de gente obviamente algunos van a poder continuar comprando lo que compraban y otros cada vez menos. Aun cuando no hubiera inflación. Toda África, salvo uno o dos países, no tiene inflación. Haití no tiene inflación, Honduras no tiene inflación. El problema no es solo la inflación, es que no tenés un mecanismo para producir. Nosotros encima tenemos el veneno de la inflación. Lo que no tenés es un motor. Argentina lo tenía, el sector agropecuario. Este trimestre, como vamos hasta ahora, es el de mayor ingreso de divisas por exportaciones del sector agropecuario de la historia, y estamos sin dólares en el Banco Central. Estamos asfixiando al motor, no tenemos neumáticos para los tractores. Y eso es solo un ejemplo, ¿Cómo hace un papá para comprarle a su hijo que quiere estudiar si una computadora berreta vale 70 mil pesos?
Fuente: Perfil-José Busaniche