River le ganó a Boca con gol de Manuel Lanzini y se quedó con un Superclásico infartante por el Torneo de la Liga, a días del partido con Colo Colo por la CONMEBOL Libertadores.
Desde el inicio, el Millonario salió a jugar en La Bombonera. A pesar de presentar un equipo muletto -con solo tres titulares-, pensando en la vuelta ante el Cacique del próximo martes, River se plantó en campo contrario y buscó dominar la pelota, una marca registrada de la primera etapa de Marcelo Gallardo en Núñez.
El Xeneize, que desde el comienzo pareció cargar (y padecer) la presión de contar con la responsabilidad, tanto por su situación en el campeonato como por el XI rival, no encontró respuestas futbolísticas. Durante el primer tiempo, le costó mucho llegar, y la única vez que se acercó a Franco Armani fue en el marco de una jugada que venía de una clara posición adelantada.
Sin el control del mediocampo de otros partidos, principalmente los jugados en La Bombonera, Boca sufrió los 45 minutos iniciales. Y River, fresco, más suelto, aprovechó.
El golpe de gracia lo dio Lanzini, que volvió a gritar un gol con la banda roja después de más de 10 años, y justamente en el mismo estadio: el 1-0 parcial del Ramirazo (terminó 2-1) había sido su segundo tanto en el Estadio Alberto J. Armando.
A los 20 minutos, habilitó a Facundo Colidio, muy activo en ataque, que enganchó hacia afuera y probó a Sergio Romero. Chiquito, cuestionado durante las últimas semanas, dio un rebote largo que le llegó a Lanzini, quien de primera la mandó a guardar, estampó el 1 a 0 y se besó el escudo.
Los siguientes minutos, el equipo de Gallardo continuó dominando el encuentro, e incluso coqueteó con el gol en un par de ocasiones a partir de sus movedizos delanteros, Colidio -Romero le achicó muy bien tras un error de Rojo- y Adam Bareiro.
Pero con el correr del cotejo, la visita empezó a ceder terreno y pelota, y Boca, con más empuje que fútbol, creció. En el primer tiempo no llegó, pero en el complemento, que contó con varios cambios, que fueron desconfigurando las posturas iniciales de los equipos, quedó al tiro del empate.
Una de las más claras fue de Luis Advíncula, siempre sacrificado, que aprovechó un despeje tras un córner -el local tuvo 11, contra 0 de su rival- y sacó un zurdazo que no fue gol porque el travesaño no lo quiso. Martínez siguió moviendo el banco, y hasta sacó a Edinson Cavani, de floja tarde, y a Marcos Rojo, que podría haber sido expulsado y recibió algunos silbidos de la hinchada, buscando torcer el destino del partido. Armani se agigantó en el tiempo agregado y le ahogó el grito a Zeballos.
Pero el estadio explotó definitivamente a los 52 minutos, el último de los añadidos por Nicolás Ramírez, de flojísima actuación. Tras un tiro libre, Milton Giménez le ganó a Armani en el área y convirtió el 1 a 1, desatando la locura de todos los locales, pero su conquista fue anulada, revisión en el VAR mediante, porque había tocado la pelota con la mano. Por la protesta, Cristian Lema recibió la segunda amonestación y fue expulsado.
Antes de la derrota en cancha de Racing, que caldeó los ánimos en el conjunto azul y oro, el DT no había perdido clásicos oficiales. Ahora, en una semana, recibió un par de golpes duros que lo alejan de la zona de Copas y lo ponen en tela de juicio. El equipo se fue reprobado por los hinchas, inmerso en un clima caliente.
Del otro lado, River sale fortalecido de un encuentro en el que, a juzgar por los nombres, no era candidato. Se plantó en una cancha que históricamente le fue adversa, ganó merecidamente y llega envalentonado a uno de los partidos más importantes del año: recibirá a Colo Colo en el Monumental desde las 21:30 del próximo martes, con transmisión de Disney+.
En el Torneo de la Liga, el Millonario alcanzó los 24 puntos en 15 fechas, mientras que el Xeneize, que sigue con vida en la Copa Argentina, se estancó en 21 unidades, aunque solo ganó en una de sus últimas seis presentaciones, En la Tabla Anual, los de Núñez suman 51 puntos y son escoltas de Vélez, en tanto Boca suma 46 porotos.