En la tarde del miércoles en Santa Fe Instituto mostró las dos caras de una misma moneda. Mientras su hinchada armó una verdadera fiesta y dio otra gran muestra de fidelidad, el equipo volvió a tener un partido para el olvido y cayó 2-0 con Huracán por Copa Argentina. Toda la euforia y el entusiasmo que mostraron los más de 7.000 gloriosos que coparon parte de la cancha de Colón fue la contracara de lo que mostró el equipo.
Al conjunto de Dabove no se le cayó una sola idea y se volvió a Córdoba lleno de preocupaciones. La única buena noticia es que la derrota de ayer no influye ni en los promedios ni en la tabla anual, pero está claro que jugando así a la Gloria le va a costar la permanencia.
Ya el primer tiempo había sido un fiel reflejo de por qué estos dos equipos tienen como principal objetivo de acá a fin de año poder mantenerse en la categoría. Poco fútbol, muchos nervios y más roces que toques de pelota. A decir verdad, no habían ocurrido acciones de verdadero riesgo hasta que a los 37 minutos Mazzantti conectó un centro para poner de emboquillada el 1 a 0. Quedó la sensación de que Roffo pudo hacer algo más, pero el arquero tiró el manotazo y no llegó a la pelota.
Pero si lo del primer tiempo había sido flojo, lo que vino después fue peor. Con el resultado en contra el equipo salió a buscar el empate con el ingreso de un Watson que fue preservado porque su venta al exterior asoma como inminente. El “10″ intentó darle algo de fútbol a un conjunto que no había pateado al arco en todo el primer tiempo. Y que a decir verdad tampoco en el segundo.
Al día de hoy no hay mucho más que lo se vio el miércoles. Por eso se viene un “partido” clave para los directivos en estos días. Dar en la tecla con los próximos refuerzos es el gran desafío para un club que luchó demasiado para conseguir su lugar en la máxima categoría. Y que no puede darse el lujo de fallar en esa cuestión y tomar más riesgos.
Fuente: Mundo D (La Voz del Interior)