Cuando ya parecía estar terminada la alocución presidencial, Villarruel pronunció: «De esta manera quedan inauguradas las centésimas cuadragésima terceras sesiones ordinarias de nuestro Congreso de la Nación», y la Asamblea Legislativa largó un fuerte aplauso.
Villarruel levantó los micrófonos para hablar pero no lo hizo. En ese momento, el Secretario Parlamentario Agustín Giustinian le hizo el gesto a la vicepresidenta para que diga en el micrófono que de por cerrada la sesión.
Villarruel no llegó a hablar, el locutor oficial lanzó: «Señoras y señore…» y Milei lanzó: «¡Pará!».
Siguieron los aplausos, los cánticos de «Presidente, presidente». Villarruel entendió que podía dar por cerrada la sesión y dijo: «Habiéndose cumplido el objetivo de esta solemne asamblea, queda levantada la misma». Milei se dio vuelta y le reprochó: «¡No terminé!».
Enseguida, Villarruel agregó: «Ah, perdón, perdón». Y Milei le retrucó: «Digo, no te apures». A lo que la vice agregó: «Perfecto, perdón, perdón».
Y Milei cerró: «Qué Dios bendiga a los argentinos, que las fuerzas del cielo nos acompañen y ¡Viva la Libertad, carajo! ¡Viva la Libertad, carajo!¡Viva la Libertad, carajo!».