En su habitual columna de los lunes en La Mañana Informal por Radio Centro, la comunicadora y docente universitaria Paula Tosselli trajo un tema tan fascinante como inquietante: el impacto ambiental del uso de inteligencia artificial, específicamente al generar imágenes digitales con alto nivel artístico, como las populares ilustraciones estilo Studio Ghibli.
Un recurso invisible: el agua digital
Paula comenzó su columna planteando: «¿Sabías que cada vez que usás una IA para generar una imagen, se consume una gran cantidad de agua?»
Este dato, poco conocido por el usuario común, forma parte de una realidad cada vez más analizada: el consumo energético y de agua de los grandes centros de datos que alimentan los sistemas de inteligencia artificial. Los servidores requieren enormes cantidades de agua para refrigerarse, y este impacto crece a medida que más personas usan herramientas como generadores de imágenes, asistentes virtuales o traductores automáticos.
El fenómeno del “Ghibli-style”
Uno de los casos más curiosos y recientes es el boom de las imágenes generadas con estilo Ghibli, inspiradas en las películas de animación japonesa del mítico estudio. “Miles de usuarios en redes están pidiendo imágenes de sus ciudades, mascotas o historias al estilo Ghibli, sin imaginar el costo ambiental que eso conlleva”, explicó Tosselli.
¿Estamos preparados para el costo ecológico del futuro digital?
“Así como hoy pensamos en cuánta agua usamos al ducharnos, en el futuro también deberíamos pensar en cuánta agua usamos al generar una imagen y todas las posibilidades que nos ofece la inteligencia artificial”, reflexionó la columnista. Asimismo, concluyó que una de las soluciones estaría relacionada con la computación cuántica, pero que todavía se trata de una realidad en desarrollo.