El día después del nuevo 0-0 entre Talleres y Belgrano no hizo mejor a ninguno, de cara a los objetivos futbolísticos y numéricos de cada uno.
Es cierto que la derrota hubiera sido el peor de los escenarios para Talleres. Ya no se puede permitir más caídas en la lucha por la permanencia, ya que restan cinco finales con Gimnasia La Plata, River, Vélez, Platense e Instituto y la distancia con sus rivales directos Aldosivi de Mar del Plata y San Martín de San Juan es de dos y cuatro puntos, respectivamente. No puede resignar ni una unidad más; eso lo devolvería a un desempate o quedar directamente en descenso como arrancó el Clausura.
Para Belgrano no era tan dramático, pero lógicamente lo habría preocupado. La “B” debe llegar pleno y su ánimo tendrá que estar bien alto para la semifinal de Copa Argentina ante Argentinos Juniors, en principio para el 24 del corriente, en sede a definir.
Sin embargo, por poner en escena lo mejor que tiene, Belgrano pagó un costo elevado al perder a dos titulares del partido por lesión como Elías López (desgarro) y Adrián Spörle.
Para Talleres los perjuicios fueron más futbolísticos porque su producción no fue la esperada. Apenas tres o cuatro arribos serios, al igual que Belgrano, y la sensación de que recién al final se despojó de toda precaución y se lanzó para quebrar la resistencia de un rival que se había quedado con uno menos por lesión de Elías López.
Los unos y los otros
Talleres se estancó en la salida de su crisis futbolística. Carlos Tevez entendió que ante Sarmiento había sido suficiente con los ingresos de Juan Camilo Portilla, Mateo Cáceres y Nahuel Bustos, quien le dio la victoria con un gol de carambola. Por eso ante Belgrano, jugó con los tres de entrada y guardó a Rubén Botta, Matías Galarza y Federico Girotti.
Talleres quedó contenido en un 3-5-2 que, inicialmente, hizo lucir a Rick por derecha y Cáceres en la recuperación, pero que causó una pérdida de gravitación para Valentín Depietri, Bustos y Gabriel Báez. El plan del juego directo no salió, pero el DT le tuvo una fe ciega al punto de que esperó resultados un rato largo. Aún cuando se registraron tres llegadas, dos de ellas protagonizadas por Rick y Depietri y una tercera por Bustos, Tevez le tuvo paciencia a su idea. Recién con el ingreso de Rubén Botta y de Matías Galarza, en los 10 minutos finales, se formó una estructura de juego que hizo soñar a Talleres con repetir más asociaciones que explotaran los desbordes de Angulo. con más abastecimiento para Girotti.
Talleres sintió la ausencia de un conductor cuando ya se había acostumbrado a eso naturalmente. Botta sufrió el castigo de ir al banco por sumarle un tiempo más a la jugada. Lo cierto es que Tevez tendrá que resolver qué será lo mejor para lo que viene. Por lo pronto para el juego con Gimnasia no tendrá Juan Portilla, convocado para los amistosos de Colombia de fecha Fifa.
Con o sin “10″
Mientras Talleres prescindió de su “10”″largo rato, el entrenador celeste Ricardo Zielinski disfrutó de Lucas Zelarayán. “El Chino” trató que la pelota le durara a Belgrano lo más que se pudiera. Cuando el “10”″estuvo acompañado, la “B” pudo ganarlo. Las situaciones más claras fueron de la sociedad Zelarayán-Jara, por un remate abajo y un centro paralelo a la linea del arco, ambas del “Chino”, y detenidas por Herrera. Jara no fue tan importante como siempre y “Uvita” Fernández perdió gravitación.
“Licha” López salvó la situación de Girotti y mostró su jerarquía en todos los anticipos y cierres. Sacó a Belgrano de situaciones complicadas y lo llevó hacia adelante. Lo que viene para Belgrano será Estudiantes el sábado a las 21.15 (sin Lucas Zelarayán ni Brian Reyna, convocados por Armenia y por Perú, respectivamente, y varios lesionados). Luego, seguirá Boca, el partido previo a Argentinos por Copa. Zielinski tendrá que poner en marcha el laboratorio, ya que jugar sin el “10” será una gran prueba.
Fuente: La Voz del Interior