Surgen de una declaración conjunta de la Asociación Americana del Corazón y la Asociación Americana de Stroke.
Lo que le hace bien al corazón, le hace bien al cerebro. Y a la inversa, lo que pone en riesgo a uno es muy factible que también sea peligroso para el otro. Por eso, desde la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) y la Asociación Americana de Stroke (ASA) emitieron una declaración científica conjunta con 13 pautas que personal sanitario de atención primaria puede examinar para preservar la salud del cerebro.
A medida que crece la expectativa de vida en la población, también aumenta la preocupación por mantener una buena salud cognitiva.
En Argentina, se estima que uno de cada cuatro mayores de 60 años presenta deterioro cognitivo, según un trabajo de la Sociedad Neurológica Argentina (SNA), mientras que la enfermedad de Alzheimer (el tipo de demencia más frecuente) tiene una prevalencia de casi el 6% entre los mayores de 65 años. Entre 2001 y 2040 el crecimiento del número de personas con demencia en países desarrollados se estima que será del 100%, mientras que en países subdesarrollados ese valor alcanzaría el 300%.
En Estados Unidos, para el 2050, se proyecta que el número de habitantes con demencia se triplique, precisan los autores de la declaración.
Hay que prevenir la depresión y el aislamiento porque impactan en la salud cerebral. Foto Shutterstock.. Foto Shutterstock.
Hay que prevenir la depresión y el aislamiento porque impactan en la salud cerebral. Foto Shutterstock.. Foto Shutterstock.
«La atención primaria es el entorno adecuado para realizaron los esfuerzos para prevenir o posponer el deterioro cognitivo. Es más probable que los profesionales de atención primaria identifiquen y monitoreen los factores de riesgo temprano y durante toda la vida», afirmó Ronald Lazar, uno de los autores del documento, que es director del Instituto del Cerebro de la Facultad de Medicina de la Universidad de Alabama.
«La prevención no comienza en la vejez; existe a lo largo del continuo de la atención médica desde la pediatría hasta la edad adulta. La evidencia en esta declaración demuestra que la atención temprana a estos factores mejora los resultados en la vida posterior».
Life’s Simple 7
En 2017, la AHA y la ASA emitieron una recomendación para lograr una salud cerebral óptima bautizada Life’s Simple 7.
Life’s Simple 7 se centra en siete objetivos de estilo de vida para lograr una salud cardiovascular ideal, que son:
controlar la presión arterial,
mantener niveles saludables de colesterol,
reducir el azúcar en la sangre,
aumentar la actividad física,
comer mejor,
perder peso
y no fumar.
Ahora, la nueva declaración sugiere que los profesionales de atención primaria también consideren evaluar los factores de riesgo para abordar la salud cognitiva. Además de Life’s Simple 7, los seis factores de riesgo a considerar porque impactan en la salud cerebral son:
la depresión,
el aislamiento social,
el consumo excesivo de alcohol,
los trastornos del sueño,
la menor educación
y la pérdida auditiva.
«Los científicos están aprendiendo más sobre cómo prevenir el deterioro cognitivo antes de que comiencen los cambios en el cerebro. Hemos recopilado las últimas investigaciones y hemos descubierto que Life’s Simple 7 y otros factores como el sueño, la salud mental y la educación son una estrategia de estilo de vida más integral que optimiza la salud del cerebro además de la salud cardiovascular», dijo Lazar, quien también es profesor de neurología y neurobiología.
La declaración usa la cognición para definir la salud del cerebro, refiriéndose al espectro de actividades relacionadas con la inteligencia, como la memoria, el pensamiento, el razonamiento, la comunicación y la resolución de problemas. La capacidad de pensar, resolver problemas, recordar, percibir y comunicarse son cruciales para una vida exitosa, mientras que su pérdida puede conducir a la indefensión y la dependencia, apuntan los autores.
«Los estudios han demostrado que estos dominios se ven afectados por factores podemos modificar», sostiene Lazar. «La prevención y la mitigación son importantes, porque una vez que las personas tienen una cognición deteriorada, las opciones de tratamiento actuales son muy limitadas«, advirtió.
Obesidad, presión arterial alta, diabetes, colesterol elevado, tabaquismo y sedentarismo, factores de riesgo compartidos para el cerebro y el corazón.
Obesidad, presión arterial alta, diabetes, colesterol elevado, tabaquismo y sedentarismo, factores de riesgo compartidos para el cerebro y el corazón.
Eje corazón-cerebro
Los datos recientes muestran que la hipertensión, la diabetes y el tabaquismo, todos factores de riesgo para el corazón, también aumentan las probabilidades de deterioro cognitivo en la mediana edad y aceleran el deterioro cognitivo en la vejez.
«Muchas personas piensan que la presión arterial alta, la diabetes tipo 2 y otros factores de riesgo solo afectan la salud del corazón, pero estos mismos factores de riesgo afectan la salud de nuestro cerebro. Es más probable que los pacientes presten atención a la importancia de abordar los factores de riesgo modificables si entienden los vínculos», afirmó Lazar.
«He dado conferencias y lo que la gente me dice es que lo único que no quieren perder durante el transcurso de sus vidas es su mente«, concluyó.
Fuente: Clarín