Talleres y otra noche feliz en la Libertadores. Lo que es tan extraordinario, este Talleres lo está normalizando. Ya le ganó al poderoso Sao Paulo en Córdoba, ya superó al Cobresal en Chile y en la noche de este miércoles 8 de mayo de 2024 se anotó un triunfo más para su historia internacional: el 3-1 ante Barcelona de Guayaquil en el estadio Mario Alberto Kempes.
Al mismo rival le había empatado en Ecuador sobre lo hora, lo que configura un andar invicto por Sudamérica para los dirigidos por Walter Ribonetto. Lo que significa también lograr el pase a octavos de final (ya que Sao Paulo venció a Cobresal, en Chile).
Así que el martes, a las 19, con Cobresal y en el mismo escenario en el que este martes unas 48 mil almas festejaron con extrema felicidad esos tres puntos que lo sostienen en la cima del Grupo B, Talleres buscará afianzar esa ubicación.
Matías Catalán, a los 11 del primer tiempo, y Rubén Botta, a los 22, marcaron los goles de Talleres, que estuvo incómodo todo el segundo tiempo por el descuento de Joao Rojas, a los 16. El tercer gol sobre la hora fue de Gustavo Bou.
Al fin de cuentas, Talleres terminó la jornada súper feliz en el Kempes… valorando su nueva normalidad: la de ganar seguido en la Libertadores. Y la gente deliró con el “muchaaaaachos traigan vino juega Taiere…”. Otra noche de copas. Otra noche internacionalmente satisfactoria para Talleres.
Lo que pasó en el partido entre Talleres y Barcelona por la Libertadores
El primer ataque de la “T” en el partido llegó sobre los 10 minutos. Ramón Sosa encaró por izquierda y sacó un derechazo que se fue cerca del palo derecho del arquero Javier Burrai.
Antes, Barcelona lo tuvo de contra con una entrada de Janner Carozo, que definió pésimo ante Guido Herrera.
Así fue el arranque de un partido en el que Talleres dispuso del protagonismo apoyado en su manera de jugar, con el sistema 4-3-3.
Y a los 11 llegó el 1-0. Matías Catalán se elevó al cielo de Córdoba y metió un cabezazo que, con pique, se metió al arco.
Todo Barcelona reclamó infracción y mostró la remera rota de uno de sus jugadores, Leoani Souza. Igual no hubo revisión en VAR.
Cada vez que aparecía Sosa, el ataque de Talleres se electrificaba, se profundizaba. Como a los 20, cuando una entrada del paraguayo terminó en un centro atrás que ni Federico Girotti ni Ruiz Rodriguez pudieron capitalizar.
Talleres estaba en total control del partido cuando llegó el 2-0, a los 22. Rubén Botta disfrutó de tiempo y espacio con pelota dominada para hacer la pausa y esperar el mejor momento para cruzar un zurdazo.
Claro que Barcelona iba a reaccionar y pasó. A los 27, Guido Herrera tuvo que atajar un derechazo de Fernando Gaibor.
Talleres perdió control con el 2-0 y Barcelona se soltó por necesidad y urgencia de revertir el resultado. Así, generó otra llegada, a través de un zurdazo de Damián Díaz, a los 37. Pasó cerca, aunque Herrera pareció tener estudiados todos los posibles escenarios de ese disparo.
Talleres terminó en el primer tiempo con la certeza de que si aceleraba, hacía otro gol. Botta manejó todo. Sosa imprimió velocidad y el resto acompañó con una actuación solvente pero para nada holgada de cara a un segundo tiempo que a Talleres le iba a pedir algo más.
El complemento
En el inicio del ST, Barcelona metió cambios para ponerle pimienta al ataque y quebrar el bloque de Ortegoza y Portilla, que venía funcionando con eficiencia. Aunque la sensación de que Talleres estaba dejando crecer a Barcelona se imponía en el ambiente.
Ese Barcelona que se venía actuó a los 15 y obligó a Herrera, primero, y a Catalán, después, a esforzarse para evitar el descuento. A las salia de esa jugada, llegó el descuento a través de un cabezazo de Joao Rojas.
Talleres se metía de llena en el modo sufrir el partido. Y la gente acompañó con aliento para empujar a ese equipo que había perdido lucidez.
Recuperar el medio campo era cuestión central en Talleres y el DT Ribonetto mandó a la cancha a Portilla por Portillo.
Para los 30 minutos, Talleres ya había emparejado otra vez y sentía que podía progresar en el partido, tanto como para no terminar pidiendo la hora… aunque relativamente lejos de un tercer gol.
El ingreso de Galarza por Ruiz Rodriguez buscó más posesión y solidificar la defensa desde el control de pelota.
Con Bou y Barticciotto por Sosa y Girotti, Talleres buscó potencia en esos minutos finales. Es que el arco le había quedado lejos a los dirigidos por Walter Ribonetto.
Y cuando Barcelona ya de había apagado, llegó el gol de Bou para sentenciar otra noche feliz de Talleres.