Kallpa Folk fue la banda que abrió musicalmente la tercera noche del Festival de Villa María. Prácticamente un lleno total con un público que palpita cada. Interpretación. En este Caso, Nahuel Penissi, que supo arrancar la ovación del público presente desde su aparición en el escenario.
Nahuel Pennisi, quien desde temprano fue sembrando su canto en la ciudad, ya que había actuado en el Hogar de Ancianos el domingo por la mañana, dejó toda su impronta y su arte, con la misma entrega que lo hizo sobre el escenario y que lo ha convertido en un queridísimo artista nacional, tales actuaciones ameritaron un reconocimiento del municipio.
Destino San Javier, fue otro de los platos fuertes de la noche, el trío viene desde hace casi una década, pisando fuerte con la pinta de cada uno de los integrantes y el pasado artístico de los padres de los integrantes. Desde su consagración en Viña del Mar hace años atrás, han cimentado su carrera con talento y un estudiado repertorio que explora lo folclórico y lo romántico.
La querida «Soledad Pastorutti», casi como si fuera una más de la casa, con tantos años en la conducción del Festival de Villa María, se movió como un pez en el escenario Hernán Figueroa Reyes, nos dejó un show impecable, con el refinamiento que la caracteriza en los últimos años, que la mantiene siempre actual, impecable desde lo vocal y con los grandes músicos que la acompañan.
A Luciano Pereyra le tocó cerrar la noche y fue un acierto. Al «Chinito», como le dicen sus fanáticas, le sobran ganas y también talento, conoce al dedillo el mundo festivalero y dejó todo para el deleite del público que lo acompañó hasta su última canción.
Las fanáticas de Luciano Pereyra llegaron desde Alta gracia , Córdoba capital , Carcarañá y de la ciudad capital de Santa Fe , San Nicolás y La Plata (Buenos Aires), Mendoza.