La caída en el consumo per cápita de carne vacuna se agudizó entre enero y febrero de 2024, ya que en ese período llegó a los 44 kilos y en el bimestre anterior había trepado a los 48,5 kilos, a pesar de los precios estables. Pollo y cerdo ahora son las carnes más consumidas.
La caída en el consumo per cápita de carne vacuna se agudizó entre enero y febrero de 2024, ya que en ese período llegó a los 44 kilos y en el bimestre anterior había trepado a los 48,5 kilos, a pesar de los precios estables.
Así lo señaló un informe difundido este lunes por el mercado ganadero Rosgan, de la Bolsa de Comercio de Rosario, a través del cual esa entidad empresaria puntualizó que el consumo de carne vacuna comenzó a mostrar «señales de agotamiento» caracterizada por una tendencia decreciente con precios reales estables.
En términos per cápita, según datos oficiales, en 2023 el consumo de carne vacuna alcanzó los 52,4 kilos anuales, registrando un aumento del 7% respecto de los 49 kilos per cápita resultantes en 2022.
En tanto que, en materia de precios, contrariamente a lo percibido por el consumidor, el precio real -descontando el componente inflacionario- registró una baja promedio del 7% anual.
En este sentido, Rosgan consideró que la estabilidad que se viene observando en los precios reales de la carne vacuna en un contexto de menor oferta aparente destinada al mercado doméstico, «da cuenta de la resistencia del consumo a convalidar nuevos aumentos de precios aun debiendo limitar la ingesta de este tipo de carnes, algo que no se observaba de manera contundente en el consumidor argentino».
En adelante, el reporte indicó que a pesar de la suba estacional que suele marcar el precio de la carne de marzo a junio, y frente a un escenario en el que se proyecta una oferta total sensiblemente menor a la registrada el año pasado en un contexto de sequía, es esperable observar precios relativamente estables.
«Ahora el consumidor dispone de otras carnes más económicas, como la carne de pollo o la de cerdo que vienen ganando cada vez más participación en la ingesta total», añadió.
Con respecto a la decisión de la Secretaría de Comercio de reducir los impuestos a la importación de alimentos y productos de la canasta básica con el objetivo de bajar los precios, Rosgan estimó que, si bien en el caso de la carne vacuna no se espera un efecto directo por ingreso de producto, sí se espera sentir el impacto de una mayor oferta de otras carnes, especialmente de cerdo, cuyos valores más económicos ya generan una fuerte competencia en los mostradores.
Fuente: NA