Por Julio Nieto – En el día de ayer, en la Capilla de la Fábrica Militar de Pólvoras y Explosivos de Villa María, se llevó adelante una misa en conmemoración al quincuagésimo aniversario del copamiento y secuestro del Coronel Argentino del Valle Larrabure. La ceremonia presidida por el Obispo local, Mons. Samuel Jofre, amigos y familiares del Coronel, así como miembros del Ejército Nacional, no contó con la presencia de autoridades locales, ni de la oposición. En medio de un proceso de beatificación, la historia de un calvario oculto en las hojas de nuestra historia local, toma fuerza en medio de un cambio de aire político.
Un crimen sin justicia
En nuestra ciudad, la avenida que inicia desde el Parque Pereira y Domínguez que conduce a la RN 9 camino a la Universidad Nacional de Villa María lleva su nombre. Al no contar con carteles o indicadores casi pasa por desapercibido pero esas pocas cuadras lleva el nombre de un mártir desconocido y olvidado.
Si bien, muchos habitantes testigos ‘de época’ lo recuerdan «como un hombre de bien», quienes lo trataron (superiores o subordinados) lo consideran «un patriota».
Los sofismas de nuestra historia propia de una trágica década decidieron -por acción u omisión- dejarlo en el olvido y su historia rara vez aparece en los libros escolares y vagamente en los textos de la historia de nuestra ciudad. Pero, lo cierto, es que un 11 de agosto de 1974, Villa María fue testigo y protagonista de un suceso que conmocionó al país: el asalto a la Fábrica Militar de Pólvoras y Explosivos por parte del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).
Los violentos años 70 no iniciaron con la desgracia del golpe del 24 de marzo de 1976. El regreso de un Perón, viejo, cansado y devastado no fue suficiente para pacificar dos décadas de desencuentro nacional. Los enfrentamientos entre grupos guerrilleros y el Ejército Argentino no cesaron y para peor, el 1 de julio de 1974, la muerte del General intensificó la violencia que desencadenaría la etapa más sanguinaria del siglo pasado.
El hecho
El 11 de agosto de 1974, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) atacó la Fábrica Militar de Pólvora y Explosivos de Villa María, secuestrando tras una ardua resistencia al entonces coronel Argentino del Valle Larrabure, subdirector de la fábrica.
Su secuestro, tortura y finalmente asesinato es recordado como uno de los cautiverios más impactantes en la historia argentina. Los testimonios, sus cartas y la autopsia post mortem ponen la piel de gallina.
Las condiciones infrahumanas en las que se lo mantuvo y el martirio que padeció por 372 días en las denominadas “Cárcel del Pueblo” siguen hasta el día de la fecha esperando justicia.
El 19 agosto de 1975, el cuerpo del Coronel fue encontrado en una zanja, envuelto en una frazada. Pesaba poco más de 40 kilos y presentaba signos de tortura de todo tipo.
Dicen que sus últimas palabras fueron las estrofas del Himno Nacional Argentino.
El testimonio de su hijo
El Coronel Larrabure fue padre de dos hijos. Arturo (foto), el menor viene desde hace décadas luchando junto a su familia y amigos por la verdad y justicia que su padre espera desde hace medio siglo.
En diálogo con GRC recordó a su padre, el rol de la historia, la justicia y su proceso de beatificación.
JN:¿Quien fue su padre?
AL: Mi padre fue un militar e ingeniero químico especializado en Brasil en 1965. Por ende, su destino fue todo lo relacionado con fabricaciones militares, tal es así que su primer destino fue en la Fábrica Militar de Campana y luego Villa María. Era un hombre muy estudioso y disciplinado. Tenía muchos sueños y proyectos. Deseaba que la Fábrica Militar de Villa María creciera de su mano y de los que lo sucederían. En mi libro («Un canto a la patria») que escribí en su homenaje, hay testimonios de colaboradores y empleados que dan fe de esto. Era una persona de fe, un cristiano no solo de oración sino también de acción. Hizo del Evangelio su vida. No tenía odio, y murió perdonando. Ese legado, fue incluso una petición para nosotros, sus hijos: el saber perdonar.
JN:¿En qué situación se encuentra la causa judicial?
AL: La causa se encuentra en espera en la Corte Suprema de Justicia. La resolución aún no llega, por lo que no hay una definición. Con nuestro abogado consideramos que estamos frente a un crimen de lesa humanidad y un crimen de guerra. Creemos que en algún momento la justicia argentina así lo determinara.
JN:¿Como fue o es el proceso de beatificación que llegó al Vaticano?
AL; Un grupo de ciudadanos, que se denomina «Asociación de Amigos del Coronel Larrabure» presentaron pruebas, escritos e informes ante la Santa Sede a través del Obispo argentino Santiago Olivera. Todo esto, que llevo años, lo desconocía, ya que fue un trabajo en silencio. El proceso de beatificación es largo y con los tiempos religiosos que ello implica. Por el momento está siendo tratado por el Vaticano para que un tribunal dictamine.